sábado, octubre 22, 2005






Por fin ahogue los espejismos
en las comisuras de mis labios
perdí de vista los globos oculares
solo queda la carne marchita
y la letra de un réquiem sobrescrito
por mis manos
brega entre los minutos vacilantes
que guardaré en la caja de cartón


ya no importa si Dios me condena
dejaré una nota revelando cómo
por dentro
aún me recorre esta estación
a la que acostumbran llamar invierno.

No hay comentarios.: