jueves, septiembre 30, 2004

Tres cruces




Ella, con los ojos húmedos posaba su mano delicadamente sobre su vientre luna llena, mientras esperaba impaciente, echaba un vistazo a la senda que se erigía, los árboles que se desnudaban sin pudor a la llegada del otoño, cientos de mariposas amarillas que danzaban en un ritual de amor y una bandada de aves que enfiladas huían en busca de hogar. El autobús se detuvo y Ella titubeó un momento antes de descender quedándose absolutamente sola cuando puso pies en tierra, en medio de aquella bestia negra de asfalto. Sabía exactamente a donde dirigirse caminó un poco a orilla de carretera entes de internarse entre la hierba seca. Llegó al sitio que buscaba y se tumbó de rodillas sin importar que las piedras filosas se ensañaran con ella; las lágrimas no pedían autorización para bañar sus mejillas; tres oraciones, dejar nacer bruscamente un suspiro y sentir como el viento la abrazaba intentando consolarla. Desde el horizonte se podía observar: un paraje solitario, con un letrero que anunciaba carretera número 110, el sol iluminando un rostro de sonrisa borrada, tres flores, tres nombres grabados en tres cruces, mil preguntas vagando en el ambiente que no encontraban su respuesta, reproches, conjuros y la agonía de los meses que transcurrieron en soledad y una figura fantasmal incubando vida que enterraba una pequeña caja que contenía recuerdos en su etapa cenital; dejando ahí lo único que le pertenecía. Un sonido conocido se hacia mucho mas latente cada segundo y Ella dando la espalda a aquel sitio levantó la mano para que el nuevo autobús se detuviera solo un instante antes de seguir su ruta………..


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