jueves, septiembre 30, 2004

Tarde de Fantasìa


Piso bruscamente la hojarasca de mis ojos y el sonido me transporta a esa dimensión, donde las hadas sin recato burlan a Morfeo y le sonríen a su reflejo, que se multiplica en el espejo. Los gnomos rojiblancos caminan tomados de la mano Al tiempo que agitan con ansiedad banderines arcoiris, portando en el cuello su pasaporte para cruzar la frontera. Dos caballeros se retan a duelo agazapándose tras los muros de piedra, sin importarles la escena de las ninfas que danzan al fondo, Esperando que salga la luna del escaparate, pues si el ogro duerme, los entes de fantasía, podrán atravesar el laberinto del minotauro antes de la última llamada, sin necesidad de echar mano del destino. Y desde las copas de los árboles algunos elfos se mofan y los observan, reflejando esa atmósfera de irrealidad en una taza de café...

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