Miro por última vez el camerino
que llenó de esplendor mi pasado,
tomo alguna fotografÃa en blanco y negro
de las sonrisas melancólicas que me despiden
con dos o tres pañuelos blancos,
mil divagaciones, ciertos secretos,
confesiones de pensamientos inconfesables,
mensajes encriptados, brindis a raudales,
palabras preñadas de buenos deseos
detrás de nÃtidas bocanadas de vida
que irán pereciendo; al último
Quizá brote un hasta pronto,
después un hasta siempre
que anudará mi garganta.
Las intuiciones me abrazan
al tirar los dados al azar.
Mientras, guardo migajas
en mis bolsillos traseros
Y finalmente, errante viajera,
la cuenta atrás comienza
procuro apagar las luces
antes de cerrar la puerta...
que llenó de esplendor mi pasado,
tomo alguna fotografÃa en blanco y negro
de las sonrisas melancólicas que me despiden
con dos o tres pañuelos blancos,
mil divagaciones, ciertos secretos,
confesiones de pensamientos inconfesables,
mensajes encriptados, brindis a raudales,
palabras preñadas de buenos deseos
detrás de nÃtidas bocanadas de vida
que irán pereciendo; al último
Quizá brote un hasta pronto,
después un hasta siempre
que anudará mi garganta.
Las intuiciones me abrazan
al tirar los dados al azar.
Mientras, guardo migajas
en mis bolsillos traseros
Y finalmente, errante viajera,
la cuenta atrás comienza
procuro apagar las luces
antes de cerrar la puerta...
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