martes, junio 08, 2010




Cohabito la vacuidad,
en tiempo de amor y muerte.
Con voluntades que destiñan
e insomnios que alienten,
aunque soy mendiga de noches de luna,
quiero robarme la suerte con los párpados.

Montones de historias sucumben,
arremolinan sus tristezas en caracolas,
se tornan inquietas,
mareas altas que enardecen
y se tragan las sombras que dejo en la arena.

Mañana, espero...
la tranquilidad regresará a la orilla,
sin realidades y enceguecida por el día.
cederé la linea mi espalda
dejaré que sea el destino quien se apodere
y me esparza sin pudor al mundo.

1 comentario:

Alan Cáceres dijo...

Tus escritos tiñen los gustos en tonos felices para el disfrutar. Gran visión del amor en luces y sombras; o en mares y orillas. Más textos, por favor. Más.