domingo, agosto 21, 2005





La suerte de las princesas
ha caído por la ventana
sonriendo
con la mirada hundida
en la locura matutina
de esas locuras de mañanas ordinarias
cuando nubes desordenadas
arropan las quimeras
y el sol advierte
el momento de marchar
sin ser
sin alma
sin desnudarse en amor alguno.

Y su suerte me sigue
quizás la lleve en el asiento trasero
sentada junto a la conciencia
escuche canturrear sus rondas
y las mire juguetear
por el espejo...


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